Cinco tipos de personas que puedes encontrarte en un parking

Todos sabemos perfectamente lo que es un parking. Ese lugar en el que se aparcan los coches, sin más. Sin embargo, lo que no sabíamos es la gran cantidad de situaciones extrañas, anecdóticas y divertidas que pueden surgir en ese habitáculo que solo sirve para dejar estacionado el vehículo unas horas al día.

¿Quién no te ha contado nunca alguna anécdota que le pasó con el vecino de plaza?

¿O con aquel que casi dejó sin pintura la columna de tantas veces que la rascó? Son tantas que probablemente se podrían escribir varios libros con todo lo que ha ocurrido en estos extraños pero curiosos lugares.

Importa poco realmente que sean públicos o privados, seguro que en ambos han ocurrido valiosas anécdotas que, aunque no sean las más graciosas, son una buena historia que contar en reuniones y cenas.

Por eso, hemos decidido recopilar cinco anécdotas que seguro que a más de uno le han ocurrido.

  • El que siempre pierde el coche. La típica. Parece imposible, pero ocurre. Aquellos que aparcan sin mirar el número de plaza ni siquiera para orientarse. Se van y al volver, caen en que no recuerdan dónde han aparcado. ¿Esto realmente puede ocurrir? Pues sí, así es. Y lo peor es que al preguntarles qué modelo de coche es, la matrícula o el color, es como si les hubieran borrado la memoria, da igual que tengan el coche desde hace más de 20 años.

Esta anécdota que tiene una muy fácil solución. Si eres una persona que pierde constantemente el coche en los parkings, descárgate Moviltik. Podrás introducir la posición exacta de tu vehículo y nunca más lo perderás; además, podrás pagar el estacionamiento desde tu móvil sin necesidad de tener que llevar dinero encima ni trasladarte hasta la otra punta del parking para validarlo.

  • El que utiliza el parking con función de trastero. Peculiar vecino que, en lugar de usar el trastero, si no lo tiene lleno ya, usa el parking como una extensión de su casa. Desde sofás y bicicletas hasta cajas de herramientas y botes de pintura son los objetos que puedes encontrarte en este lugar. Legalmente, mientras que no ocupe la plaza de otro propietario ni aloje en su habitáculo productos inflamables, no hay nadie que se lo pueda impedir.  

  • Los que quieren descuentos. Agarrados los hay en todas partes, pero ya en los parkings es lo último que faltaba por ver. Aquellos que, por cuestiones de espacio en la plaza o bien porque quieren un código descuento, así porque sí, le echan cara y quieren una rebaja por unas horas de parking.

  • El/la motero/a. Aquella persona que cuando llega a un parking, en lugar de buscar el estacionamiento para motocicletas, aparcan su vehículo, que no llega ni a 50 cm de ancho, en una plaza de 5 por 2 metros. ¿Por qué? Aún se desconoce la razón. 

  • El que lava el coche dentro del garaje. Esta sería una evolución de la persona que quiere descuentos en los parkings y es la que utiliza el agua del garaje para no tener que ir al lavadero y gastar dinero en limpiar su propio coche. No cabe decir además que el charco del garaje no es precisamente algo agradable para el resto del vecindario

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